Con la liposucción tumenscente se busca eliminar el tejido graso localizado utilizando una cánula fina capaz de destruir grasa y posteriormente se succiona una vez que está líquida.
Las sesiones son muy sencillas y nada dolorosas. Lo primero que hace el médico es inyectar anestesia local para dormir la parte del cuerpo que va a tratar. Esta anestesia servirá para que no se sienta dolor, pero también suele tener algún compuesto que ayuda a que el sangrado sea mínimo. Una vez dormida la zona, se procede a realizar la liposucción para eliminar la grasa no deseada.

Postoperatorio: Se recomienda el uso de una faja y masajes de drenaje linfático en los días posteriores.

En realidad no hay ningún tipo de secuela que se pueda destacar. Pueden aparecer algunos hematomas y si hay algo de dolor (usualmente leve) se puede evitar con el uso de analgésicos. Luego de dos días, se puede llevar una vida normal, sin necesidad de tener que pedir una incapacidad para el trabajo y sin mayores problemas.